- ¿Te dijeron muchas veces "rubia tarada"?
- Jamás en la vida. Por eso me animo a cantarla. Al contrario, yo siempre fui la acusadora de esas rubias de San Isidro, de apellido, colegio bien, tres cubiertos, que por ahí, pobres, no eran taradas. Yo nada que ver, no soy ninguna rubia tarada: soy hija de napolitanos, ¿entendés? En mi casa se gritaba.
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